Me vas a permitir que esta entrada sea algo remolona. Me encanta nuestra cita de los miércoles, pero tengo tantas cosas en la cabeza que crear contenido nuevo se me hace difícil (como leí el otro día por ahí: tengo demasiadas pestañas abiertas en mi cerebro). Como no quería faltar esta semana, he decidido hacer un pequeño recopilatorio de los que considero los mejores libros para docentes, para que no digas que no te traigo cosas chulas. Muchos te sonarán porque ya los he comentado en el blog; otros están en mi lista de pendientes, pero creo que serían un regalo estupendo para esa amiga que está estudiando oposiciones y necesita echarse unas risas.
O para ti, que también te lo has ganado.
Aunque son todos muy distintos, he buscado un par de denominadores comunes: que sean de lectura fácil y que, a poder ser, te arranquen una sonrisa. Nada de Pavlov o Chomsky y su lingüística, que bastante tenemos con el día a día. Si no vale para leer a trocitos antes de dormirte, no está en la lista.
Libros para docentes que todo el mundo debería leer
Dilo en voz alta y nos reímos todos, Nando J. López
No es un secreto que tengo debilidad por este libro y por su autor. Nando describe como nadie la realidad de un instituto y arranca carcajadas a la vez que cabeceos cuando te ves identificada con lo que cuenta. Incluso si eres de Primaria, como es mi caso, es imposible no terminar el libro con las mejillas doloridas de tanto sonreír.
Lo mejor es que, a través de este libro, conocí la faceta de Nando López como autor de novela juvenil e incluso fui a ver una de sus obras al teatro. Te recomiendo que eches un ojo a sus novelas, aunque te advierto de que es un escritor bastante activo y no vas a dar abasto.
(Y yo feliz, claro).
Maestra de pueblo con L de novata, Maestra de Pueblo
Si eres de las que pasa alguna que otra hora al día en Twitter, estoy segura de que conocerás la cuenta de Maestra de Pueblo, esa personalidad anónima que tantas carcajadas nos arranca a diario. Tiene dos libros ilustrados (¿podría llamárseles cómics o queda raro?), uno sobre lo que significa ser una profe novata y otro sobre ser maestra novata… opositando. Los dos tienen una pinta estupenda y me encantan los dibujos, aunque he de reconocer que no he leído ninguno de los dos. Eso sí, están hasta en las librerías de los aeropuertos y las estaciones de trenes, así que no será por no haberlo visto.
Acepto regalos. Por si no lo sabías ya.
Un profesor se despide, Ricardo Fernández Aguilà
No sé si este libro encaja con «fácil de leer», pero sí que muestra la realidad del aula a través de los ojos de un profesor que ha dado clase toda su vida. En una época como la que vivimos ahora, donde todo el mundo sabe más sobre nuestro trabajo que quienes estamos en el aula, un punto de vista como el de Ricardo se agradece mucho. Nos habla de sus alumnos, de cómo los problemas que traen de casa son más importantes que el currículum o la materia que toque dar. Nos describe cómo dar una clase sin pantallas, sin fuegos artificiales, solo con un profesional al frente de la clase que sabe mucho de su asignatura y y que consigue engancharlos con sus palabras.
Desde luego, a mí me enganchó y no hago más que recomendarlo desde que me lo leí.
Profe, una pregunta, Ruth Ibáñez Ámez
A ver si pensabas que no iba a haber cuña publicitaria.
Pero no te quejes, que al menos lo he metido donde toca y cumple todas las características de los anteriores: libro para docentes con golpes de humor que permite ser leído un ratito antes de acostarse. Seguro que te sientes mejor al darte cuenta de que no eres la única que no sabe lo que está haciendo la mayor parte del tiempo, que a veces piensa que está desaprendiendo lo que ya sabía, que se cuestiona todo el rato las decisiones que toma en el aula.
Ah, ¿que a ti no te pasa? Vale, pues igual soy yo. Léelo igual, para poder reírte de mí si quieres.
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