Si hay algo que funciona siempre para la clase de Inglés son las canciones . No falla. Es trabajar una estructura, encontrar una canción que la utilice y convertir a los y las peques en nativos. La cantan y pronuncian mucho mejor de lo…
Fin de curso: ¡SOCORRO!
Sí, el fin de curso se acerca, aunque parezca que aún queda una eternidad. Cuando leas esta entrada, servidora estará ya diciendo adiós a los y las peques, rellenando papeles inútiles (eso abunda a cada lado del charco) y preparando la maleta para coger…
Gramática en el aula de Lengua Extranjera en Primaria: No, thank you
Twitter se ha convertido, desde hace ya tiempo, en una fuente de inspiración para los artículos de este blog. Los hilos y las conversaciones que salen del claustro tuitero suelen darme temas a mansalva para escribir sobre cosas con las que estoy de acuerdo…
Top 7 de actividades navideñas del blog
No te voy a engañar: estoy muerta. No literalmente, obviamente, porque aquí estoy dándole a la tecla, pero estoy muy cansada. (Apunte ajeno a todo: ¿por qué a la gente le gusta tanto lo de «literalmente»? ¿Saben de verdad qué significa? «El ataque del…
5 actividades para la última semana de curso
¿Qué es eso que se divisa por ahí, esa luz al final del túnel en el que todo lo demás es negro? ¿Es el sol, que se digna por fin a hacer una aparición estelar? ¿Un tren dispuesto a arrollarnos? ¿Un barco de guerra?…
Cómo enseñar gramática sin morir de aburrimiento
Odio enseñar gramática. Es la parte de cualquier idioma que menos me gusta enseñar, y creo que a mis alumnos y alumnas les pasa lo mismo. Lo odiamos todos y todas con tal fervor que se nos nota, a mis peques en los ojos…
El mundo del aprendizaje de idiomas está lleno de creencias y verdades absolutas que lo son solo a base de ser repetidas hasta la saciedad. Seguro que cualquiera que esté leyendo esto ahora mismo puede pensar en una larga retahíla de frases hechas sobre…
Arte y clase de lengua(s): maridaje perfecto
Hace unas semanas visité el museo del Prado por primera vez en mi vida adulta. Llevaba años con ganas de ir, pero cada vez que iba a Madrid me vencía la pereza, tenía demasiado ocupada mi agenda social o, simplemente, no era el momento…
Cuando termine este curso cumpliré la friolera de veinte años trabajados. No sé si debería decir trabajados o cotizados, porque antes de tener el título de maestra también hice mis pinitos y no di cuenta a Hacienda de las 3.000 pesetillas que me llevaba…