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Ventajas de la lectura en voz alta

4 marzo, 2020

Cualquiera que trabaje con niños pequeños conoce bien las múltiples ventajas de la lectura en voz alta. También lo saben los abnegados padres y madres que leen cada noche con sus criaturas el mismo libro una y otra y otra y otra y otra vez.

Me he dejado algún “otra y otra y otra y otra y otra” por ahí, lo sé.

Por algún motivo, sin embargo, cuando los y las peques crecen un poco, parece que nos dé cosilla leerles en voz alta. No es solo cosa nuestra, claro, porque en cuanto se sienten mayores rechazan cualquier cosa que puedan relacionar con “ser pequeños” (y es que entre los 5 y los 10 años cabe una vida entera, como bien sabes).

También hay otras cosas que rechazan, como que les obliguen a ponerse el abrigo cuando los adultos tienen frío hace frío fuera, o levantarse por la mañana para ir al cole, y sin embargo seguimos haciéndolo aunque no les guste.

¿Por qué, entonces, no leemos en voz alta en el aula o en casa a partir de cierta edad?

Mi sospecha es que tiene más que ver con nosotras que con los y las peques que tenemos delante.

Cuanto mayores son, más es su capacidad para juzgarnos, y la mayoría de las veces nos importa lo que nuestro alumnado piensa de nosotras (bueno, vale, igual esto es cosa mía, pero a mí me importa). Se necesitan unas herramientas muy distintas para ganarte a un grupo de peques de cuatro o cinco años o a un grupo de prepúberes (o púberes completos).

Pero las ventajas de la lectura en voz alta no caducan ni con su edad ni con la tuya.

Y, a veces, me atrevería a decir que son incluso mayores cuanto mayor es el grupo que tienes delante.

Ventajas de la lectura en voz alta

Déjame aclarar, antes que nada, que me refiero a que seas tú quien lea el libro a la clase. Leer en voz alta tiene ventajas y desventajas para los y las peques, pero ahora no voy a entrar en eso. Lo que quiero que imagines es un grupo delante de ti, escuchando, y tú leyendo un libro.

Dependiendo de la clase que tengas, esto te puede parecer ciencia ficción. Igual te estás doblando de la risa imaginando a tu primero de ESO escuchándote mientras lees La Segunda Revolución en voz alta y pones voces a los personajes. Si no son capaces de estar en silencio mientras das clase, menos aún van a aguantarte leyendo una novela por entregas, ¿verdad?

Por supuesto, queda en tu mano decidir si esta actividad es algo que puedes llevar al aula o no, porque nadie conoce tu clase mejor que tú. Solo te pido que lo tengas en mente y pienses si, en lugar de una novela entera, no disfrutarían de un texto corto (¿quizás escrito por ellos o por ti?) directamente relacionado con algo que les entusiasme.

No lo descartes todavía.

Descanso mental

Este año he leído una novela en voz alta con mi clase de quinto por primera vez. En años anteriores hice distintas actividades que tenían como objetivo que ellos y ellas leyeran, pero es la primera vez que les he obligado a ser solo oyentes.

El libro en cuestión ha sido Echo, de Pam Muñoz Ryan, y lo elegí porque el año pasado su profesora les leyó Esperanza Rising, de la misma autora, y me lo pidieron ellos. Me pareció que era buena idea darles unos minutos después del patio para relajarse y darles tiempo a ir al baño, beber agua y volver poco a poco a la rutina del aula.

Empecé con diez minutos, pero esa cantidad de tiempo fue subiendo porque estaban enganchadísimos. Echo es un libro que da mucho juego porque tiene una cantidad inmensa de datos históricos, cliff-hangers a cascoporro y un toque de fantasía en lo que es, en su mayor parte, una novela de ficción histórica. Es perfecta para trabajar inferencias, hacer predicciones y despertar su curiosidad sobre distintos hechos que se mencionan en la historia, como la Segunda Guerra Mundial o los campos de concentración en EEUU para los ciudadanos japoneses-americanos.

Pero, sobre todo, se convirtió en un tiempo de descanso mental en nuestra frenética agenda académica.

Para evitar que dormitaran, les pedía que tomaran notas sobre lo que estaban escuchando y que luego escribieran una breve predicción de lo que iba a pasar a continuación, que comentaban con su grupo. Tú puedes hacer tu propia versión de «prueba que estás escuchando», pero hagas lo que hagas, no me negarás que es mucho más relajado que un cuestionario escrito.

Ahora que lo hemos acabado, el ratito de después del patio está vacío. Voy a tener que encontrar otro libro.

Comprensión lectora para quienes les cuesta leer

Doy todas las clases en inglés a un grupo de alumnos considerados ELL (English Language Learners, aprendices de inglés). Se podía argumentar que yo también lo soy, pero vamos a correr un tupido velo sobre este detalle.

Aunque la mayoría de la clase tiene un nivel muy alto de inglés, a algunos les cuesta entender lo que leen. Ya sea por problemas de dislexia o por un vocabulario limitado, hay peques para quienes leer un texto por sí solos se hace pesado.

Al leerlo yo y dar énfasis en las partes importantes, o poner voces identificables a ciertos personajes, su comprensión del texto mejoró mucho. Por supuesto, hay que ser un poco payasa y tener muy buen feeling con tu clase para poder hacer el tonto con ciertos pasajes, pero esas inflexiones en ciertas palabras ayudan una barbaridad.

Por no hablar de poder parar la lectura cada vez que me encontraba con una frase hecha que sabía que no iban a entender, o ese concepto difícil para el que no tienen conocimientos previos.

Al hacer una lectura teatralizada, te aseguras de captar también la atención de aquellos que no pueden leer un texto largo sin despistarse. Si tienes algún peque con problemas de déficit de atención, puedes pedirle que dibuje mientras escucha, en lugar de tomar notas; a lo largo de los años he comprobado que a algunos les ayuda bastante.

Aunque, como siempre te digo, no hay soluciones mágicas para nadie.

La emoción de escuchar una historia

Nada como que te cuenten cuentos.

Cuentos de los buenos, quiero decir, no de los que te cuentan las familias de tus alumnos cuando quieren justificar una mala nota [que siempre es culpa tuya].

Esos “aaaah”, “uuuuuuh”, “¡lo sabía!” que oyes cuando un giro de la historia los sorprende es una de las mayores ventajas de la lectura en voz alta con niños y niñas que ya han pasado la edad de que les lean cuentos. Con Echo, hubo un par de momentos en los que la clase entera estalló en un grito de sorpresa, lo que me alegró el día.

Por un lado, porque me demostró que estaban escuchando (ese día y los anteriores).

Pero sobre todo, porque el libro consiguió emocionarlos.

Ya te dije en su momento que no creo que la clase de Literatura en los cursos altos de Secundaria deba tener la labor de crear lectores, sino de aprender la asignatura como se aprende cualquier otra.

Pero en Primaria es otra historia. Para mí, la labor de la lectura en esta etapa debe ser siempre la de crear lectores, al precio que sea.

¿Tienes que darles lecturas más sencillas porque su nivel es demasiado bajo para lo que está leyendo el resto de la clase? Adelante. ¿Les gustan los cómics y solo leen libros con muchos dibujos? También es leer, también es una historia. ¿Solo leen libros de fantasía, o sobre fútbol, o sobre princesas? Qué parte de “también es leer” no has entendido, amosaverporfavor.

Si con esa historia que les lees en voz alta consigues que se emocionen y quieran leer más obras de esa autora, has ganado una batalla muy importante. Has sembrado una semilla que, bien cuidada, puede germinar en pasión por la lectura.

Y todo empezó con diez minutos después del recreo. Con un libro del que nunca habías oído hablar.

Elige una buena historia. Llévala al aula. Y disfruta de las ventajas de leer en voz alta.


Hablando de lecturas que llevar al aula…

Te recuerdo que Antes de que todo se rompiera es una novela juvenil que trata temas muy actuales que, con toda seguridad, atraerán a tu alumnado de Secundaria (y a ti también, porque ¿a qué adulto que trabaje en la docencia no le interesan el feminismo, los derechos LGTB o las relaciones entre adolescentes?).

Si lo que buscas es algo light con lo que entretenerte el fin de semana, Armarios y fulares te arrancará una sonrisa. Y si prefieres leer algo relacionado con el gremio, tienes Profe, una pregunta, que se te hará ameno pero no por ello le falta miga.

Ya ves que opciones no faltan. Será por leer.

Gracias por hacerlo. Gracias por venir.

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