Blog Pataletas

Eres un/a profe de mierda (felicidades)

27 febrero, 2017

(El título de esta entrada está inspirado por un artículo aparecido en el blog de Jaume Vicent y escrito por Rafa de la Rosa. Porque sí, además de una profe de mierda soy también una escritora de mierda.)

Febrero es un mes duro. Las vacaciones de Navidad ya quedan lejos y para Semana Santa aún queda un trecho, las fuerzas están bajo mínimos y los ánimos un poco gastados. A la vez, se huele ya el final de curso y te das cuenta de que te queda más de la mitad del temario por dar, que no has hecho ni la cuarta parte de lo que te prometiste que harías en septiembre, que tus alumnos y alumnas no han aprendido nada. Que eres una profe de mierda, vaya.

Te metes en blogs de expertos en educación y ves que estás haciendo todo mal. Que sigues dando las clases delante de la pizarra y con los niños y niñas sentadas delante de ti.

Que no utilizas las últimas tecnologías en el aula, con lo que, según esos mismos expertos, estás privando a tus alumnos y alumnas de la educación que se merecen.

Que, a pesar de que recibes formación de todo tipo día sí y día también, siempre hay algo que mejorar, algo que no estás haciendo bien, algo más que necesitas aprender para ser mejor, para ser perfecta. Y esos expertos que salieron del aula para restregarte lo poco que sabes te lo van a decir bien clarito.

Que no llegas a todos los niños y niñas. Que no todos aprueban, que la mayoría comete errores, que aún no han alcanzado ese nivel que se supone que tienen que tener los niños y niñas de su edad. Y sabes que es culpa tuya, no del sistema, no de su nivel socioeconómico, no de las leyes que te cambian casi cada año. Tuya.

Que no sabes corregir (y por eso la madre de turno te corrige las correcciones –mal, pero a quién le importa– y manda al niño a que te diga lo desastre que eres).

Que no pronuncias bien (porque mi niña va a la academia con profesora nativa y pronuncia mucho mejor que tú, que solo llevas estudiando/hablando inglés 36 años). Que no escribes bien (y te lo dicen en un texto plagado de faltas de ortografía). Que así no se dice (en castellano, ojo. Que ella no habla inglés).

Que las criaturas no se divierten, que no disfrutan en tu clase, que les haces trabajar (o no trabajan lo suficiente), que tienen muchos/pocos deberes, que tienen que ser felices, que por qué llevas bata, que me des la reunión a las siete de la tarde de un viernes, o a mediodía, ya comerás luego.

Todo, TODO, lo haces mal. Porque eres una profe de mierda. Y si no lo tenías claro, ya te lo dirán en las tertulias de la tele, o en internet (donde habita el mejor profesor del mundo, que no ha pisado un aula en su vida), o en cualquier reunión social. “Con los tres meses de vacaciones que os dan, no tenéis derecho a quejaros”. Ah, perdón. Si tú, que nunca jamás has hecho mi trabajo, lo dices, será verdad.

Pero, a pesar del título de esta entrada y a pesar de lo negativa que me he puesto, vengo a traerte una buena noticia, y es algo que me ha costado la friolera de veinte años entender:

NO TIENES QUE SER UN(A) PROFESOR(A) PERFECTO/A PARA SER PERFECTO/A.

El simple hecho de que entiendas que nunca jamás vas a hacer las cosas bien del todo ya te pone un paso por delante de aquellos que se creen expertos (porque sí, muy expertos, pero a la menor oportunidad se han salido del aula a vender libros y a darte lecciones. Tan expertos no serán cuando huyen de su trabajo).

Aceptar que no eres perfecta/o te va a ayudar a crecer y a mejorar. Te va a motivar para hacer las cosas mejor. Porque sabes que aún tienes margen, y sabes que, en esta profesión, jamás puedes acomodarte y decir “ya lo sé todo”. De hecho, si algún día llego a pensar así, sabré que ha llegado el momento de colgar la tiza. Porque si yo no puedo aprender y mejorar, mis alumnos y alumnas tampoco.

Así que permite que vuelva a definirte, profe de mierda:

Eres un/a profe de mierda porque no llegas a todos y a todas, pero sigues intentándolo.

Eres un/a profe de mierda porque los blogs que lees te dicen que eres un/a profe de mierda, pero aún así sigues leyéndolos por si puedes aprender algo de ellos.

Eres un/a profe de mierda porque todo lo malo que pasa en el aula es culpa tuya, pero aprendes de tus errores y cada vez hay menos malo y más bueno.

Eres un/a profe de mierda porque no usas Kahoot, Symbaloo, Drive y cualquiera de las cosas que te dicen que DEBES usar, pero hace dos años no sabías encender el ordenador y ahora tienes un blog de aula y usas Plickers (porque mola mucho).

Eres un/a profe de mierda porque, a pesar de que solo pasas cinco horas al día con tus alumnos y alumnas, sientes como un fracaso personal no convertirlos en las personas que tú quieres que sean, pero no por eso dejas de intentarlo.

Eres un/a profe de mierda porque te crees un profe de mierda. Y eso es digno de celebrar.

Y tú, ¿por qué eres un profe de mierda?

¿Qué es lo más llamativo que te han echado en cara alguna vez?

¿Qué es lo que te hace sentir especialmente mal sobre tu práctica docente y luchas por mejorar?

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