Dar clase sin morir en el intento

La vuelta al cole: ¿Por dónde empiezo?

28 agosto, 2017

Te oigo, no creas que no. «¿Cómo que la vuelta al cole?», dices. «Si todavía estamos en agosto, agorera. Si no puede ser más del quince. Si todavía nos tiene que quedar la mitad del verano, es imposible que se haya pasado tan rápido». Ay, cariño, no. Hoy es veintiocho de agosto. En tres días (porque hoy ya no cuenta) estarás en tu primera reunión. El viernes a las ocho y media (o antes, o después, depende de tu centro) oirás y dirás aquello de «–¿Qué tal las vacaciones? –Cortas».

Hago una pausa aquí para darte tiempo a llorar un poco.¿Ya? Vale, sigo.

Sí, se ha acabo el verano, pero no lloremos porque se acaba, alegrémonos porque ha ocurrido. Hemos descansado (o no), hemos recargado pilas (espero) y hemos acabado hasta las narices del calor y la playa (yo no, pero entiendo que en el resto del hemisferio norte ha sido verano, y dicen que en estos dos meses es costumbre que una bola amarilla en el cielo caliente y dé gustito). Ahora toca volver, y si has hecho los deberes que mandé, lo harás con ganas.

Y si no, te jorobas, pero volver hay que volver queramos o no. Menos tú, que ya sé que te ha tocado la lotería/has heredado una fortuna de un tío lejano/te has jubilado/has decidido que está mejor de guardia jurado en El Corte Inglés. Hasta luego, gracias por pasar a despedirte, cierra la puerta al salir que entra rasca.

Al resto no nos queda otra que volver al pie del cañón, al menos a los docentes, porque los peques todavía tienen hasta el siete u ocho en primaria. Y sin niños y niñas, ¿qué hacemos esos días? Pues de todo. De hecho, tenemos la cabeza tan llena de ideas que esa semana se nos va a hacer corta, pero con un poco de organización  igual conseguimos unos días de sobra para organizar alguna de esas actividades que nos prometimos que haríamos en cuanto empezara el curso.

Claro que, si eres interina/o, en muchas comunidades habrás tenido la friolera de dos o tres días enteros para pensar qué vas a hacer con tu clase nueva o en esa asignatura que no has dado nunca pero te ha tocado igualmente. Eso si tienes suerte y no te toca hacer una sustitución a partir del 15 de septiembre y sin tiempo ni para calcular cuántos kilómetros vas a hacer cada día de tu casa al trabajo. A día de hoy, sé que mucha gente aún no sabe dónde va a trabajar este año. Eso si tiene la suerte de trabajar, claro.

Para echar una mano a los que llegáis de sopetón a un centro nuevo, he aquí una lista de tareas que pueden ayudar. No las escribo en orden de importancia, pero son pequeños detalles que encuentro muy útiles a la hora de empezar un nuevo curso. Lo primero: no te agobies. Hay muchas cosas que querrás hacer (como, por ejemplo, planear la primera semana de clase, o el primer mes si eres de las que cree que las cosas se pueden programar con tanta antelación) que te serán muy difíciles si aún no conoces a tus alumnos/as. Date tiempo. Piensa que tienes todo un curso para hacerlo bien.

(Y meter la pata, y corregirlo, y volver a meter la pata, y repetir todo este proceso diez veces. Por trimestre.)

  • Consigue una lista con los nombres de tus alumnos/as. Si eres tutor/a, asegúrate de que la lista viene con los números de teléfono de los tutores legales. Cuando empiece el curso, si tus alumnos/as son mayorcitos/as, no estaría de más que repasaras los teléfonos con la clase para asegurarte de que están al día por si hay alguna emergencia.

Un consejo: no escribas los nombres en ningún sitio de donde no puedas borrarlos con facilidad. Si eres de las que todavía usan cuaderno de notas físico (¡¿por qué?!), espera a que empiecen las clases antes de escribir los nombres, y lo mismo con listas de rutinas, etc. El principio del curso escolar trae un montón de cambios, y muchos de los nombres de la lista no aparecerán el primer día de clase, o se añadirán nuevos los primeros días.

  • Recoge la clase y tira todo lo que no necesites. TODO. No guardes las pinturas rotas por si puedes usarlas para algo. Líbrate de las fotocopias que la profesora del año pasado no usó pero dejó “por si acaso” (y no las guardes tú cuando acabe el curso). Libera espacios y lleva los materiales que no vayas a usar al almacén o algún lugar fuera de tu clase. Es tu clase, empieza de cero, crea tu espacio.

  • Prepara la clase según tu estilo. Asegúrate de tener sillas y mesas suficientes para todos los niños y niñas de tu clase (y algún extra no vendría mal). Coloca las mesas según tu estilo de dar clase (en U, en grupos, individuales, en parejas…), pero asegúrate de que puedes cambiarlo fácilmente por si tienes que corregir algo a mitad de curso. Estudia tu clase. ¿Dónde puedes poner la biblioteca, si es que quieres una? ¿Y el rincón de juegos para los niños más pequeños? ¿Un rincón de experimentación? Está en tu mano. Hazlo ahora, durante el curso será más difícil.

  • Consigue material. Piensa en el instrumental básico que necesitas: pinturas, lápices extras, cartulinas, tizas… Durante el curso tendrás otras muchas necesidades, pero está bien tener un mínimo en clase. ¿Qué asignaturas vas a dar? ¿Necesitas diccionarios, cartulinas para hacer carteles, folios? Vete colocando el material por la clase y poniendo carteles para que los alumnos y alumnas lo encuentren con facilidad.

  • Si das clase de segunda lengua o lengua extranjera, aprovecha para hacer carteles, pósters con vocabulario básico, etc. A no ser que entres en una escuela nueva o recién reformada, tu aula ya debería tener estas cosas, pero cada maestrillo tiene su librillo, ya sabes. No necesitas hacerlos a mano: Internet está lleno de recursos y “flashcards” gratuitas que podrás imprimir con un solo click.

  • Haz varias copias de tu horario. Pega una en un cuaderno, otra en la mesa donde siempre puedas verlo, en la pared donde puedan verlo los niños/as. Ojo: igual que con la lista de clase, no hagas copias en cuanto te den el horario, porque habrá cambios. Deja también una lista de clase donde cualquiera pueda encontrarla en caso de emergencia (sin más datos personales que los nombres y apellidos, y quizás los nombres de pila de sus guardianes legales).

En un mundo ideal, el centro debería proporcionarte una carpeta con los horarios, normas básicas, documentos importantes, etc. Si no lo tienes, hazte tú tu propia carpeta con las cosas que alguien que te sustituya debe saber para poder dar clase. Según avance el curso irás añadiendo información a esta carpeta. Te será muy útil.

  • Aprende las normas básicas del colegio. Apunta cuándo te toca cuidar el patio, cuáles son las rutinas para entrar y salir del colegio (¿se hace guardia en las escaleras?, ¿se sube con ellos desde el patio?), el horario de reuniones cuando empiecen las clases, tus obligaciones con respecto a seminarios, grupos de trabajo y demás. Créeme, dar clase no es lo único que se espera de ti. Y por favor, sé puntual.

  • Familiarízate con el currículum. Echa un vistazo a los libros que tienes que utilizar. Lee los objetivos del curso. No te asustes por lo que parece una tarea imposible, los niños y niñas aprenden a veces a pesar del profesor/a. Lo lograrán y lo lograrás.

  • Planifica la primera semana de clase, dejando margen para el cambio. Si eres tutora, tendrás que conocer primero a tus alumnos y alumnas. Piensa en juegos, en actividades que no sean cien por cien académicas. No significa que se vayan a pasar la primera semana jugando, pero es bueno que contemples estos primeros días como una adaptación, no para tu alumnado sino para ti. Es el momento de saber cuánto saben. No des por supuesto que, si están en tercero, tienen que saber todo lo que dieron en segundo.

  • Si eres especialista, prepárate para una lluvia de nombres y caras que no se diferenciarán unas de otras hasta Navidad. Haz algún juego que te permita saber el nivel de cada curso (estoy pensando en inglés, pero en música y gimnasia vale lo mismo). Repasa el horario con ellos/as. Explica qué esperas de ellos/as, cuál es tu estilo, qué vais a hacer durante el curso. Sé firme pero no inflexible. Preocúpate por conocerlos/as.

  • No te saltes la hora del café. Ya sé que tienes mucho que hacer, pero tienes que conocer a tus compañeros y compañeras porque vais a trabajar diez meses juntos. Esto es especialmente importante si eres especialista y vas a pasar por distintas aulas. Ya sé que a veces cuesta (soy una introvertida de libro, prefiero ir al dentista que meterme en un grupo de gente que se conoce desde hace años), pero te facilitará la labor en el futuro.

Si consigues hacer todo esto en la primera semana de trabajo, en esos benditos días en los que puedes trabajar sin niños/as, estarás más que preparado/a para enfrentarte a lo que te echen. No te agobies, te va a dar tiempo; piensa que vas a pasar seis horas en el colegio, son suficientes para hacer de todo. Acomódate, haz tuya tu clase, conoce a tus compañeros y compañeras y disfruta de tu nuevo destino. Piensa que vas a pasar todo un año allí y terminará siendo como tu segunda casa. Disfruta. Relájate. Prepárate.

Empieza el curso. ¡A por ell@s!

¿Te ha parecido útil la lista?

¿Qué otras cosas haces tú en esta primera semana de curso?

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2 Comments

  • Reply Luisa García 30 agosto, 2017 at 6:56 pm

    Sobre todo, una lista de tareas muy cierta, te lo dice una maestra que lleva casi veinte años ejerciendo. Muy buenos consejos. Me ha parecido un post muy interesante. Gracias.

    • Reply Ruth 31 agosto, 2017 at 4:52 pm

      ¡Hola, Luisa! Me alegro de que te haya gustado. Yo este año cumplo veinte como profesora de primaria, ¡qué vértigo!
      Gracias por pasarte y comentar.

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