Blog Programa de Profesores Visitantes

La entrevista para el Programa de Profesores Visitantes

19 febrero, 2020

Madre mía, cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer, pero ya hace casi un año que hice la entrevista para el Programa de Profesores Visitantes que me trajo a Texas. Un año en el que mi vida ha dado el cambiazo que estaba buscando y me ha sacado de la temida zona de confort que tanto daño hace a quienes tenemos el culo tan inquieto como yo.

Si estás leyendo esto, es probable que tú estés a punto de pasar por lo que pasé yo en abril del año pasado. Febrero es el mes en el que empiezan a salir las listas de personas aceptadas y no aceptadas, de convocadas a la entrevista, de cambios de estado (de Florida a Wisconsin, sí, pero también de soltera a casada por eso del visado J2 para los cónyuges).

Febrero es el mes de los nervios, el mes de decir en el colegio «por cierto, no os he dicho nada, pero igual…», de darte cuenta de que esos papeles que hiciste en noviembre iban en serio y oye, igual suena la flauta.

De vez en cuando me llegan mensajes de gente que pide consejos para hacer frente a la entrevista con los distritos escolares. No he sabido contestar muy bien (ya lo siento), normalmente porque intento hacerlo en el mismo instante que me llega el mensaje y esta no es una de esas preguntas que yo pueda contestar sin darle un par de vueltas. Así que, tras meditarlo un poco y hacerme un par de croquis, me he animado a escribir esta entrada donde te cuento cómo lo viví yo.

Énfasis en cómo lo viví yo, ojo. Esta es una experiencia muy personal que nadie vive de la misma forma y yo solo puedo hablarte de mi versión. Como siempre, te recomiendo que te leas muy bien los documentos que la Consejería puso a tu disposición en la página del Programa de Profesores Visitantes para aclarar cualquier duda general.

Y que te tomes dos o tres litros de tila al día de aquí a la entrevista, porque los vas a necesitar.

Entrevista para el Programa de Profesores Visitantes

Respira

Lo primero: tranquilidad.

El Programa de Profesores Visitantes tiene ya varias décadas y hay miles de personas que han pasado por él. Esto significa dos cosas: funciona relativamente bien (no es perfecto y tiene fallos que le han privado de la experiencia a más de una persona, pero por lo general va bien) y continúa porque sigue habiendo una necesidad bestial de profesorado en español en EEUU.

Y Canadá. Y Reino Unido. Y muy pronto, también China.

¿Y por qué te cuento esto? Porque quiere decir que las estadísticas están de tu parte. El profesorado español está muy bien considerado y los distritos que vienen a la entrevista, en su mayor parte, ya han participado en años anteriores o han oído hablar muy bien del programa y sus profesores.

Hay cientos de distritos representados en Madrid. CIENTOS.

Y en cada distrito, decenas de escuelas.

Si te han convocado para la entrevista, las posibilidades de que te contraten son muy altas.

Así que respira, porque lo más difícil ya está hecho. De las miles de personas que presentaron sus papeles en noviembre, tú has sido una de las elegidas. Cumples los requisitos y alguien ha visto tu historial y ha decidido llamarte porque te quieren en su equipo.

Desde el momento en que veas tu nombre en la lista, tus posibilidades de ser parte de esta aventura son de un ochenta por ciento.

Ya casi está. Ya casi has llegado.

Pero sí, entiendo que estés de los nervios porque ahora queda dar la cara.

La entrevista

Dilo, que sé que lo estás pensando. Todo el mundo hace la misma pregunta y tú no vas a ser menos.

«¿Qué van a preguntarnos en la entrevista? ¿Qué tenemos que contestar?»

Pues dependerá del distrito, pero todos tienen algunas en común. A ver si acierto.

La gran mayoría de los distritos presentes en la entrevista del Programa de Profesores Visitantes quieren asegurarse de que tienes experiencia en enseñanza bilingüe. Ojo, que tenemos la manía de pensar que bilingüe significa «en inglés», y no, para nada. Si has dado clase en un programa de inmersión en catalán, euskera, gallego, francés o lengua de signos, también les interesa. Estás hablando con profesionales de la educación que saben que la gran mayoría de las estrategias necesarias para enseñar cualquier idioma son transferibles.

¿Has trabajado en un entorno multicultural donde gran parte de tu alumnado no habla castellano? Perfecto. Explica cómo conseguiste que se hicieran con tu asignatura. ¿Qué técnicas usabas para enseñarles vocabulario? ¿Cómo integrabas contenido y lenguaje?

¿Cómo te las arreglas para mantener el contacto con las familias que no hablan castellano o la lengua cooficial de tu zona? ¿Qué actividades has organizado para que los recién llegados se integraran más rápido?

Todo eso cuenta. Mucho. Es justo lo que están buscando.

Antes de ir a la entrevista, dale un par de vueltas a todo lo que has hecho en clase en relación con el multilingüismo, porque haces mucho aunque no te hayas parado a pensarlo. Hazte una pequeña lista.

Y un consejo. La entrevista va a ser en inglés, así que asegúrate de tener el vocabulario necesario para decir todo eso que quieres decir. Prepárate frases clave a las que puedas recurrir si te pueden los nervios (te van a poder, créeme).

Si tu inglés no es muy fluido, practica ante el espejo. No pienses ni por un momento que tener un nivel bajo de inglés hablado va a dejarte fuera del programa. Vienes a dar español. Tienes que tener un nivel mínimo de inglés, pero saben que no eres Shakespeare y no lo esperan. Pierde el miedo, lánzate y no te agobies si tus frases no son gramaticalmente perfectas. No estás en la Escuela de Idiomas.

Pero prepárate esas cuatro frases a las que recurrir por si acaso.

Disciplina

Esta es la segunda vez que participo en el Programa de Profesores Visitantes, y la tercera vez que me presento. En la primera entrevista, el programa estaba en pañales (era 1997 cuando eché los papeles) y yo más (tenía 22 años cuando hice la entrevista; sí, soy así de mayor). La primera pregunta que me hicieron fue cómo controlaba la clase, cuáles eran mis estrategias para mantener la disciplina.

«Grito», contesté yo toda ufana a la mujer que me entrevistaba para ir a Louisiana. «Grito hasta que se callan o los castigo sin recreo cuando se portan mal».

La mujer no supo ni qué decirme, pero su cara era un poema. Me pusieron en lista de espera, y un par de meses más tarde aluciné cuando me dijeron que me habían cogido. Pero ya no había vuelos para llegar al principio de curso y me quedé en tierra.

Al año siguiente, en la entrevista que me llevó a California, hablé de estrategias de refuerzo positivo, de silencios estratégicos o señales para hacerles bajar la voz, de contratos de comportamiento. Me contrataron ese mismo día. Pasé siete años en un pueblo perdido de California, gozando como una enana.

El año pasado también me preguntaron por la disciplina y sabía qué buscaban, así que supe qué contestar.

Si tus estrategias son tan malas como lo eran las mías en la primera entrevista (llevaba meses dando clase), prepárate una respuesta con un poco más de chicha y un poco más de nivel. Busca información, habla con compañeras sobre lo que hacen en clase, ponlo en marcha antes de la entrevista para que no te pillen en un renuncio que no sepas contestar.

Y empápate sobre el tema, porque créeme: vas a necesitar estrategias para mantener el orden en clase. Un porrón de ellas.

Véndete

No vayas de humilde: véndete.

Di todo lo que haces bien. ¿Que eras la persona encargada de las TIC en tu centro? Dilo. ¿Que has hecho un curso de marionetas en el aula de inglés? Cuéntalo.

¿Esos cursos que dirigiste para el AMPA / tus compañeras del cole / la universidad que te contrató para una tarde? No se te ocurra ocultarlo.

Véndete. Vienes a un país donde no se valora tanto la titulación como la iniciativa personal. Si ven que eres una persona que se apunta a cualquier oportunidad para aprender y mejorar, tienes más posibilidades de que te cojan.

Eso sí: no te pases. No mientas. Más que nada porque, si dices que eres un crack en informática, es más que probable que te pongan como responsable de los ordenadores. Como digas que sabes francés, lo mismo te toca dar clase en ese idioma.

Pero tú farda. Que sabes mucho y vales aún más.

No es personal

Tenlo en cuenta: que te cojan o no como docente para un estado en concreto no tiene que ver contigo, sino con el distrito.

Ya, el típico «no eres tú, soy yo» de toda la vida, pero es que es verdad.

Para empezar, tú vas a hacer la entrevista con un distrito concreto que puede diferir mucho de otro del mismo estado, pero que por lo que sea ha pensado que serías una buena pieza en su sistema. Después de la entrevista han decidido que no porque:

a) no les ha parecido que encajaras tan bien como pensaban;

b) ya han contratado a toda la gente que necesitaban;

c) les sale muy caro contratarte (cuanta más experiencia y más estudios, más sueldo);

d) tu plan de vida (quedarte un año / tres / cinco, ir con familia / sin ella, etc.) no encaja con lo que están buscando;

e) has pillado a la entrevistadora en un mal rato;

f) cualquier combinación de las anteriores.

No significa que tú no valgas para el programa. No significa que seas mal docente. No significa, siquiera, que te vayas a quedar en tierra, porque siempre hay hueco para una persona más.

Yo hice la entrevista para Canadá en abril y terminé en Texas, no te digo más. Dos carreras, 22 años de experiencia, un C2 en inglés y dos años en dirección no convencieron al entrevistador. Sin embargo, en la segunda entrevista les costó cinco minutos decidir que yo encajaba. Y tan feliz con el cambio, oigan.

Ten muy claro qué estados no quieres tocar ni con un palo y a cuáles no te importaría ir si te cambiaran, porque si en la primera entrevista te dicen que no y te ofrecen otra, vas a tener que contestar en el momento.

Y créeme, bastante duro es pasar la entrevista una vez como para pasarla dos si no te convence a dónde te mandan. Qué horror. Qué pesadilla.

Que no, no me hagas caso. No se pasa tan mal.

(Se va llorando al sofá a pensar en cosas bonitas para que se le pase la ansiedad).

Lleva suministros

Un bocadillo. Cacahuetes. Fruta.

El día es eterno, vas a tener los nervios a flor de piel y no vas a tener ni tiempo para comer, porque «ay, ¿y si me llaman justo cuando me vaya?». Si te cogen (que te cogerán, verás), es muy probable que tengas una reunión después que se alargará hasta las mil y una.

Estuve doce horas sin comer. Hazme caso.

Ah, y si puedes, no dependas del transporte público para volver a casa porque nunca sabes hasta qué hora te vas a tener que quedar el día de la entrevista. No quieres perderte información porque tengas que ir corriendo a coger el autobús o el tren.

Celébralo… pero no mucho

Porque vas a tener tantas cosas que hacer una vez que te escojan que no vas a tener tiempo para mucho griterío. Pero un puño al aire, un «¡SÍ!», un lagrimón, está no solo permitido, sino bien visto. Acabas de pasar la entrevista para el Programa de Profesores Visitantes, ¿cómo no lo vas a celebrar?

Y ahora ponte a preparar el visado. Y la mudanza. Y la compra del coche. Y el apartamento. Y…

Mucha suerte. Lo tienes hecho ya.


Imagen del título de Tumisu en Pixabay

You Might Also Like

No Comments

Leave a Reply