Si estás leyendo esto, es más que probable que tengas o hayas tenido en mente presentarte al Programa de Profesores Visitantes. Ya te he dicho muchas veces que me parece una grandísima idea porque es una experiencia que merece la pena, pero no quiero que te lances con los ojos cerrados. Por eso hoy vengo a hablarte de las diferencias entre sistemas educativos y así ahorrarte el susto.
Te lo vas a llevar igual, porque no hay nada que te libre del shock cultural, pero igual lo amortiguas un poco.
Como siempre digo, todo lo que aquí te cuento está basado en mi propia experiencia y en los lugares de Estados Unidos en los que yo he trabajado. King City es un pueblo pequeño en California y Tyler una ciudad media en Texas: tienen tanto que ver como Moscú y Albacete, aunque el sistema educativo es sorprendentemente similar. Pero hay generalizaciones que se pueden hacer y hay temas comunes de los que te puedo hablar. Doce años en total (madre mía) a este lado del charco dan para muchas experiencias.
No son ni únicas ni irrepetibles. Por eso las comparto, porque quizás te puedan servir.
Diferencias entre sistemas educativos: EE.UU. y España
Las pruebas estandarizadas
Podemos dar vueltas y vueltas a las diferencias entre sistemas educativos basándonos en comparaciones de niveles socioculturales, económicos y políticos, pero para mí las pruebas estandarizadas que se pasan desde tercero de Primaria al último curso de Secundaria son las mayores culpables de que el sistema educativo de EE.UU. sea como es.
En un país tan grande, donde cada estado guarda una celosa independencia política y cultural, una de las pocas cosas en las parecen haberse puesto de acuerdo los cincuenta estados es en las dichosas pruebas de fin de curso. Son exámenes que miden la adquisición de contenidos, compuestos en su mayoría de preguntas de elección múltiple, y que se usan para comparar escuelas y medir el crecimiento de los niños y niñas.
Si tienes un mal día o te bloqueas ante un examen de 7 horas, mal asunto.
Sí, 7 horas de examen. Dos o tres por curso (Matemáticas, Lectura y Ciencias en Primaria aquí en Texas). Desde los 8 años hasta los 18.
Algunos distritos se lo toman más en serio que otros. En King City, por ejemplo, no recuerdo que existiera el pánico absoluto que vivo aquí todos los años desde el principio del curso, donde ya se sientan las bases para mejorar lo que se hizo el año pasado (porque aquí se trata de crecer, aunque ya estés en lo más alto; también es cierto que en California yo trabajaba en cursos donde no había examen, pero no existía la histeria que existe aquí). Se reparte al profesorado en según qué cursos teniendo en cuenta si se examinan o no. Se hacen evaluaciones estandarizadas de cada unidad y se analizan los resultados con detalle. Cada pregunta está relacionada con un estándar, y si un grupo de peques contesta mal la misma, hay que volver a enseñar ese estándar (llámalo competencia si quieres) hasta que todos lo pasen.
Niños y niñas convertidas en estadísticas. En números.
El poder de estas pruebas es tal que, si una escuela baja el nivel un año por el motivo que sea, es más que probable que rueden cabezas y cambie la dirección o parte del profesorado. Si el distrito no toma medidas, lo hará el estado (Texas, en su sempiterna idiosincrasia, usa un sistema distinto al de la mayoría de estados y no entra el gobierno federal, sino el del propio estado). Los fondos públicos están condicionados por esos exámenes. El ranking entre escuelas, ese que las familias miran cuando pueden elegir un colegio u otro en su zona, también.
No es lo mismo trabajar en una escuela A, B o C. Y si bajas de ahí, agárrate porque la presión va a ser brutal.
Por supuesto, no todos los distritos le dan la misma importancia a los exámenes y puede que caigas en un lugar donde no importe tanto. Pero, como no sabes qué curso vas a dar o en qué lugar de EE.UU. vas a caer, vete pensando en que puedes terminar en un lugar donde las notas lo sean todo.
Metodología
Creo que sabes lo que te voy a contar aquí.
Si lo más importante de dar clase en este sistema es la nota de un examen idéntico para todo un estado, puedes imaginar cómo se dan las clases a este lado del charco.
De las diferencias entre sistemas educativos que más mella han hecho en mí, la metodología es la que más me duele. Va por distritos, por supuesto, y depende mucho del tipo de alumnado que tengas y del barrio donde esté tu escuela, pero la metodología suele ir dirigida a pasar el examen.
Si trabajas en una escuela donde las familias tienen un nivel socioeconómico y cultural alto, el examen da un poco igual porque la escuela se va a mantener con los impuestos a las rentas de la zona (a más dinero en el barrio, más dinero para la escuela). Por no hablar de la relación entre el nivel de las familias y el progreso escolar que tan bien conocemos.
Pero lo más normal es que trabajes en una escuela pública menos idílica, con alumnado con todo tipo de carencias socioafectivas y económicas. En esas escuelas, los resultados son muy importantes (es tan irónico que casi me da la risa) y la metodología va a estar enfocada a aprobar esos exámenes.
Las preguntas son de elección múltiple, a veces escribir una frase corta para responder. Te puedes imaginar qué tipo de metodología usarás en el aula.
Olvídate del ABP, del DUA (por mucho que aquí te la mencionen), de nada que no sea «yo doy clase y tú me copias». Aquí en Tyler lo llaman «Gradual Release of Responsibility Model», o «I do, We do, You do». En cristiano sería: te explico, hacemos un par de ejemplos juntos, te dejo que trabajes por tu cuenta.
Que sobre el papel no es mala idea. Pero cuando no puedes salirte ni de los minutos marcados (la explicación tienen que ser 10 minutos, la práctica guiada otros 10, asegúrate de tener evaluación formativa en todas las sesiones y marcar los objetivos del día en la pizarra, ¿qué es lo que van a aprender hoy y van a salir de clase sabiendo hacer?), es, cuando menos, asfixiante.
«Bueno, ya, pero en clase cierras la puerta y haces lo que quieres, ¿no?» No. Porque aquí pasan a observarte dentro del aula sin aviso día sí y día también.
Repito que no en todas partes es así, pero la reforma que hizo Bush a principios de la década de 2000 dejó una huella que los gobiernos posteriores solo han profundizado. Teniendo en cuenta la escasez de profesorado que hay y que cualquiera con una carrera universitaria puede terminar en el aula, tiene sentido tener una metodología tan marcada, supongo.
Pero cuando llevas 27 años dando clase, el no poder hacer lo que sabes que funciona con *ese* peque porque se sale del guion te destroza lentamente.
El horario
Esto cambia mucho de estado en estado e incluso de distrito en distrito, pero prepárate para meter en el cole más horas que las baldosas.
Alguna vez he contado cuántas horas pasa mi coche aparcado frente a mi casa y cuántas frente al cole. Gana el cole por goleada.
Cuando hablamos de diferencias entre sistemas educativos, también deberíamos tener en cuenta en qué estado estamos, porque no es lo mismo trabajar en California, donde hay un sindicato de profesores (solo uno, pero se nota) que va a pelear las horas extras y las actividades extraescolares, o trabajar al este de Texas, donde el superintendente poco menos que insinúa que le des las gracias por darte vacaciones en Navidad.
En King City entraba a las 8 y salía a las 15 (los peques se iban a las 14). Rara vez tenía que ir por la tarde y dos veces al año teníamos una semana de media jornada para hacer reuniones con las familias.
En Tyler entro a las 7:30 y salgo a las 16 cuando salgo a mi hora (los peques a las 15:10). Las reuniones con las familias son en horario escolar, tenemos obligación de dar tutorías hasta las 4:15 al menos un día a la semana y la escuela organiza sesiones para las familias en horario de 17:30 a 19 una o dos veces al mes. Nuestro contrato marca la cantidad mínima de horas y días de trabajo, pero no las máximas. Negarte a hacer lo que te piden puede suponer el despido. No lo sé seguro, porque aquí nadie se niega.
Me quedan seis meses para volver a un horario de 9 a 15 y no veo el momento, de verdad.
La jerarquía
Cada vez que digo por aquí que fui directora en mi último centro en Vitoria, la gente me mira con asombro y un puntito de respeto.
Me cuesta hacerles entender que la mayor diferencia entre sistemas educativos es la jerarquía. Aquí no les cabe en la cabeza que una maestra tome el control de una escuela sin mayor preparación que un curso de un puñado de horas (o ni siquiera eso, porque yo no tuve tal curso). La dirección de un centro en EE.UU. es una especialización, un máster que te habilita para poder ser directora, y una vez entras raro es que vuelvas al aula.
Este sistema educativo está, como todo en el país, basado en el ascenso laboral. Es muy raro encontrar a gente que lleve 20 años en el aula y no haya buscado una plaza fuera de ella, que no haya entrado en dirección o en alguno de los múltiples puestos que hay alrededor de una clase. Estos puestos no van siempre acompañados de más sueldo, pero sí de reconocimiento. No es poca la gente que ha terminado pasándose a empresas privadas, con del triple de sueldo, con lo aprendido en su carrera docente.
Para ti, que vienes de un sistema donde puedes coleguear con el director e irte de cañas con la jefa de estudios, el shock es importante. La directora es tu jefa, no es una colega, y tiene en su mano que te quedes o no. También tiene en su mano hacerte una buena o mala evaluación, entrar en tu aula cuando quiera y cambiarte de clase y hasta de centro si no le gustas.
Olvídate de una escuela pública donde los derechos de los trabajadores están por encima de todo. Aquí priman los resultados, como en una empresa privada, y la cabeza de la directora es la primera que se corta cuando algo va mal.
La jerarquía a este lado del charco es férrea. Y tú y yo somos peones hasta que se demuestre lo contrario.
No todas estas diferencias son necesariamente malas. Como todo en este programa, tu actitud va a marcar que tu experiencia sea buena o mala, que te adaptes a lo diferente o incluso que te guste. Si hay algo bueno en EE.UU., aunque suene a cliché, es que es la tierra de las oportunidades, sobre todo en educación. Conozco muchos casos de gente que vino con el programa y ha terminado en puestos de mucha importancia en sus distritos escolares. Puedes hace que todas estas diferencias funcionen a tu favor.
Pero vente preparada para un buen shock.
Si te ha gustado esta entrada, espero que te animes a echar un vistazo al libro que publiqué con Plataforma Editorial, Profe, una pregunta, donde me planteo todas las dudas que me surgen a la hora de dar clase. También puedes hacerte con Manual (in)falible de animación a la lectura y llenar tu cabeza de ideas para llevar al aula.
Si lo que buscas lectura de entretenimiento, ¡estás de suerte! Graciana es la última novela que he publicado, un libro con humor, toques de thriller y realismo mágico que tienes disponible en Amazon. También puedes reírte con Armarios y fulares, o averiguar qué es lo que pasa en un fin de semana entre amigos en Antes de que todo se rompiera.
Como siempre, gracias por estar ahí. Gracias por leer.
No Comments